Exclusivo
Opinión

Columnas: nunca digas “de esta agua no beberé”

Es posible que hoy pensemos que nunca haríamos una determinada cosa, pero al final, por cosas de la vida, la terminemos haciendo.

Por El Ab. Elio Ortega Icaza

¿Nunca les ha pasado que, a pesar de que alguna vez dijeron que no harían tal cosa, al final terminaron haciéndolo? O ¿le ha ocurrido eso a alguien cerca suyo? La vida da muchas vueltas y nunca podemos saber todo lo que nos depara el destino.

Es posible que hoy pensemos que nunca haríamos una determinada cosa, pero al final, por cosas de la vida, la terminemos haciendo. Por eso más vale no decir nunca que no vamos a hacer algo. Con esta frase, que en su forma completa es: nunca digas de esta agua no beberé, por muy turbia que esté. Y hace alusión a ese hecho de cambiar rotundamente de opinión ante una creencia o una sentencia anteriormente dicha.

Es posible que hoy tengamos agua suficiente como para poder prescindir del agua ajena, un agua turbia de la que hoy no beberán jamás. Pero, ¿qué ocurriría si no hubiese más agua que esa? Pues que para sobrevivir tendríamos que terminar bebiendo de ella. Entonces, para no incumplir la palabra, lo mejor es no prometer cosas que no sabemos con seguridad si podremos o no cumplir porque no se sabe lo que sucederá el día de mañana.

La Biblia, en la parte en la que se relatan los últimos días de la vida de Jesucristo, él predijo que el apóstol Pedro, antes de que cantara el gallo (antes de que amaneciera), lo habrá negado 3 veces (negar a alguien es decir que no le conoces, que no tienes nada que ver con él).

Pedro le dijo a Jesús que eso no era posible, que él jamás haría tal cosa, pero lo cierto es que así fue. Y antes de que cantara el gallo (símbolo del momento en que amanece) efectivamente Pedro había negado a Jesús 3 veces. ¿Lo ven? La vida da muchas vueltas y nunca se puede decir que de esta agua no beberé.