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Columnas: Reflexiones sobre la naranja exprimida

Me preparaba a dar una charla y decidí llevar una naranja al escenario como una proposición para mi clase...

Me preparaba a dar una charla y decidí llevar una naranja al escenario como una proposición para mi clase... Abrí una conversación con un joven brillante que estaba sentado en la primera fila, y le dije: Si yo exprimiera esta naranja tan fuerte como pueda, ¿qué podría salir?

Él me miró como si yo estuviera un poco loco y dijo: Jugo, ¡por supuesto!.

¿Por qué?, ¿por qué cuando exprimo una naranja sale jugo de naranja?

Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro. Asentí con la cabeza y le dije: Cierto. Vamos a suponer que esta naranja no es una naranja, sino que eres tú y alguien te aprieta, pone presión sobre ti, y te dice algo que a ti no te gusta. Te ofende y fuera de ti sale ira, odio, amargura, miedo. ¿Por qué sale esto?

La respuesta que dio el joven fue: Porque eso es lo que hay dentro.

No importa quién te increpa, si es tu mamá, tu hermano, tus hijos, tu jefe, tu esposa, etc... Si dicen algo acerca de ti que no te gusta, lo que sale de ti es lo que hay dentro; y lo que está dentro solo depende de ti, ¡es tu elección!

Cuando alguien te presiona y sale amor, es porque eso es lo que has permitido que esté en tu interior. Hoy hay una naranja para ti y hay para mí.

Ahora, nos toca reflexionar qué hay dentro de ti y de mí, porque “de la abundancia del corazón habla la boca”. A Jesús lo “exprimieron” y solo salió de Él perdón, sangre de amor y misericordia por nosotros. Nos dio vivo ejemplo de que, aunque lo insultaron, lo laceraron, lo humillaron y lo trataron peor que a un criminal, ¡de él solo salió amor...

Tratemos de llenarnos de ese amor gratuito y vivamos cada día siguiendo su ejemplo...!