Desde la Redacción: El silencio de los inocentes

Las denuncias por acoso sexual en entidades públicas y privadas por fin van dejando de ser secretos a voces para convertirse en testimonios judicializados de lo que la impudicia y el abuso de poder son capaces de hacer.

Lo ocurrido en la selección femenina de fútbol es un tema que se debe tratar con la seriedad que merece, ya que están involucrados exmiembros del cuerpo técnico que indudablemente tienen cosas que contarle a la justicia.

Lo peor es que se continúa con la mala costumbre de manchar y responsabilizar a la denunciante por el hecho de que colgaba fotos de tal o cual manera en sus redes sociales. En definitiva, que ella se lo buscó y que ahora no tiene derecho de quejarse. Estas campañas de desprestigio no deben distraer nuestra atención de que no una, sino varias deportistas, se han quejado de la forma violenta y morbosa en la que supuestamente eran tratadas por sus dirigentes.

Hay denuncias desde 2016 que dan cuenta de que los maltratos no son nuevos, sino que han sido reiterativos e ignorados por quienes han debido evidenciarlo. Esto ocurre justamente cuando comenzó la liga femenina de fútbol, un hito histórico en Ecuador, que no merece estar salpicado de dudas.

Con separar de sus cargos a los denunciados no termina el asunto. Las autoridades deben usar todos los mecanismos que les da la ley para aclarar este escándalo e incentivar a las víctimas a que no callen. Solo así se detendrá tanta injusticia.