Opinión
Después de todo, algo bueno...
Por el Ab. Luis Hidalgo Vernaza
El presidente Moreno está próximo a cumplir un año en funciones y si bien se respira un aire de tranquilidad luego de una década de ultrajes, atropellos y violaciones a toda norma, desde lo económico y social las cosas siguen igualitas, nada ha cambiado. Falta trabajo y no se toman medidas para reactivarlo.
El ecuatoriano es un individuo de paz y trabajo, por eso la década pasada fue tan conflictiva, ya que el correísmo con su líder fomentó el fanatismo, la agresión verbal y promovió el consumo de drogas y el narcotráfico.
Felizmente los tiempos parecen cambiar. Falta aún hacerlo desde el punto de vista político, económico y social. Pero se cuenta con otra clase de alegrías que sirven de bálsamo ante tanta corrupción y conspiración para desestabilizar.
Los logros alcanzados por la marchista Glenda Morejón en China trajeron mucho júbilo a los ecuatorianos. Tenía como objetivo traer una medalla para el Ecuador y posicionarse como una de las primeras del mundo, y lo logró. Venció todos los obstáculos posibles: físicos, mentales y económicos. Una gran campeona.
Carlos Rubira Infante ingresó al Salón de la Fama. Gran merecimiento y un motivo más para alegría de los ecuatorianos. Cantante y compositor de letras de pasillos y pasacalles que nuestro pueblo entona en momentos de alegría o nostalgia. ‘Guayaquileño, madera de guerrero’ o ‘Guayaquil pórtico de oro’, para citar dos.
El reconocimiento a Rubira Infante es un orgullo para el país, no como los que se dan en la Asamblea a terroristas o comunistas sin merecimiento alguno, ni el deambular por el mundo buscando Honoris Causa pasa satisfacer falsos egos...
Que este domingo sea de paz y de amor: ¡Feliz Día de la Madre!