Recordemos que esta obra, calificada como emblemática por el gobierno anterior, fue inaugurada el 18.11. 2016, con bombos y platillos, a un costo de $ 2.245’000.000.00 y se nos vendió la idea de que no solo que generaría $ 600’000.000.00 al año, sino que, por su comercialización, percibiríamos $27’779.406.57.

Según datos publicados en los diarios del 15 y 18 de noviembre, en esa hidroeléctrica hay una serie de irregularidades en su infraestructura, desde la aparición de grietas hasta la suspensión de 8 turbinas. Se ha revelado que hubo negligencia en la construcción. Luego se trazó un plan para corregir las deficiencias, pero no dio resultado. Sinohydro no pudo realizar las reparaciones necesarias, habiendo la Contraloría detectado 171 defectos. Esto determinó un costo de $465.380.18. Por si fuera poco, hubo una inversión adicional de $1.010´844.719.62 por la construcción de una caverna de máquinas, a la que no se le dio el mantenimiento que requiere, con el consiguiente deterioro y desperdicio.

Mientras los jubilados reclaman sus derechos, a los enfermos solo se les da paracetamol, los niños están desnutridos, la caja fiscal no abastece y el endeudamiento crece.

Dijeron que la mesa había quedado “servida”. Claro, con deudas por muchos años, una estela de corrupción y un gran hueco financiero difícil de cubrir. Y los autores, muy lejos del alcance de la justicia ecuatoriana.