Opinión
La tergiversación de
Hace exactamente una década tuvo lugar, en nuestra ciudad capital, un grave suceso que se originó por la protesta de los policías civiles en todo el país, que fueran secundados por un grupo de oficiales de la FAE, ante la expedición de una ley en la que, según ellos, se mermaban ciertos derechos de los uniformados.
Este reclamo provocó una inusitada reacción en el entonces primer mandatario, Rafael Correa, quien se dirigió al hospital de la Policía y en forma airada, asomado a una ventana, increpó a los reclamantes y hasta los “invitó” a que le dispararan contra el pecho que se había descubierto.
Esta actitud de provocación produjo todos los incidentes que se dieron a continuación y que son de conocimiento público, con enfrentamientos armados que dejaron varias víctimas y bajas policiales qué lamentar, por lo que se sigue todavía un juicio a lo que el presidente de la República y sus allegados calificaron como intento de magnicidio y golpe de Estado.
La secuela de este lamentable episodio fue la violenta represión que se dio contra decenas de uniformados, muchos de los cuales siguen aún en prisión y están reclamando, con insistencia, que se disponga una amnistía general que les permita quedar en libertad luego de algunos años de prisión.