El gobierno ecuatoriano se aleja de sus relaciones con Venezuela, lo cual no significa una actitud contra nuestros hermanos venezolanos sino, precisamente, de separarse de la política del dictador Maduro y sus allegados, principalmente el tan mencionado Diosdado Cabello, identificado como figura principal del narcotráfico internacional. Esto mientras sus compatriotas deben abandonar el país ante el creciente deterioro nacional, con una economía que llegó a sufrir de una inflación que bordea el millón por ciento, algo que parece increíble en el resto del mundo, donde inflaciones del 40 o 50 % preocupan tremendamente.

El problema se agudizó por las ofensivas declaraciones del ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, contra el jefe de Estado ecuatoriano, Lenín Moreno, ante lo cual nuestro gobierno expulsó del país a la embajadora, lo cual mereció una actitud similar contra nuestra encargada de Negocios en Caracas.

Debemos insistir en que se mantiene intacta nuestra hospitalidad para con los hermanos venezolanos, que han huido de la grave crisis de su país, pese a que Maduro tuvo el desliz de asegurar que cada uno de ellos sale al exilio con más de 5 mil dólares en sus bolsillos.