Opinión
Crece el temor ante tanta delincuencia
La sucesión casi diaria de graves delitos, que van desde el asesinato hasta la más sádica de las violaciones, como ocurrió en Quito recientemente, al causar la preocupación y hasta el miedo en el colectivo nacional ha hecho que algunas personas se manifiesten ahora como partidarias de que en el Ecuador se introduzca en el Código Penal, previo una reforma constitucional que podría asumirse luego de una consulta popular, la pena de muerte y la cadena perpetua, para de este modo, atemorizar a quienes pueden estar dispuestos al cometimiento de graves acciones delincuenciales.
Sin embargo, quienes piensan que no se debe llegar a tales extremos aducen, basándose en los ejemplos que nos llegan del extranjero, que en los países en donde por muchos años se han venido aplicando estas dos clases de penas para los crímenes que cometen los delincuentes, los autores de asesinatos pasionales y de los actos terroristas o los atentados demenciales con los cuales se llega a cometer matanzas colectivas (como las ocurridas en EE. UU.) no han podido atenuar los delitos que se siguen cometiendo.
Es necesario, pues, buscar otras formas no solo de castigar el crimen sino también de tender a la formación y concienciación del ciudadano.