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Opinión

Editorial: Carné y cédula en mano

Entre las medidas tomadas para tratar de frenar la ola de contagios de COVID-19 y su variante ómicron, está la presentación obligatoria del carné de vacunación para poder acceder a lugares como centros comerciales, cines, supermercados y otros. Esta nueva exigencia no ha sido de la aceptación de muchas personas, por considerarla inconstitucional.

A simple vista parece una buena decisión, ¿pero la presentación del carné de vacunación puede liberar a una persona de que contagie a otra? Definitivamente no. La persona vacunada también puede tener el virus y por ende contagiar. Más allá de presentar un carné, debemos estar conscientes de que tenemos que seguir con las mismas normas de bioseguridad, evitar aglomeraciones, reuniones innecesarias, usar mascarilla. Siendo así, de poco o nada sirve esta medida si en los buses del servicio urbano, en especial en la metrovía, los usuarios siguen viajando como sardinas en lata.

Además, ante la nueva disposición aparece la viveza criolla de los ‘sabidos’ que venden el carné falsificado. Y quienes los adquieren son en especial los antivacunas, que firmes en su posición prefieren pagar por un documento ‘trucho’ a tener que pincharse. Muchas veces nos olvidamos de que esto es Ecuador, país donde prima la ley del más vivo sobre todas las cosas.

Al final, en estos últimos meses si algo ha quedado demostrado es que la vacuna ha ayudado a que aunque los contagios sean muchos, en su gran mayoría los casos no sean de gravedad.