Editorial: Las ofertas de campaña electoral

Cuando el país retornó al sistema democrático, después de varios años de dictadura, uno de los principales problemas era el de los salarios y como además de que era realmente un problema, eso significa una buena opción para los partidos y los candidatos. Se dijo que los precios subían por ascensor y los salarios por las escaleras, y el asunto se convirtió en uno de los principales problemas del momento.

Se inició con la propuesta oficial que planteaba un determinado incremento salarial. Pero inmediatamente comenzó una puja en la cual los políticos parecían jugadores de póker, haciendo las apuestas. Dos mil, cuatro mil, seis mil decían y esperaban que sus propuestas demagógicas tuvieran asidero para proclamarse salvadores de las clases populares.

Hoy el problema es el de la escasez de empleo y los postulantes a los cargos de elección popular han tomado el asunto también como jugadores de póker. Un millón de empleos, 200 mil anuales. 400 mil, ¿Quién da más? Pero el pueblo ya no es el ingenuo de hace muchos años y hace un análisis crítico de las propuestas y espera la mayor sinceridad posible de los aspirantes presidenciales.