Editorial: ¡Escuelas del delito!
No puede haber personas más despreciables que aquellas que inducen a los niños a la delincuencia y a la criminalidad, arrebatándoles el derecho a disfrutar de su edad y exponiéndolos incluso hasta la muerte. Se están formando hombres para el mal.
Inconcebible que la sociedad ecuatoriana no reaccione ante la descomunal barbarie de las mafias, en algunos casos apoyadas por los mismos padres, de clasificar a los menores de edad, para el cometimiento de los delitos, de acuerdo a los años que tienen y las destrezas, como si se tratase de una materia escolar que deben aprender.
Como saben que no se puede encarcelar ni formular cargos contra los niños y adolescentes (aquellos de entre 7 y 11 años) los envían a servir de mulas para el tráfico de drogas, o los inducen e ‘instruyen’ como arranchadores de carteras o celulares. Y ellos, los niños, claro está, son los que llevan las armas, así sus ‘padrinos del delito’ se salvan de sentencias mayores en caso de ser detenidos.
La realidad que las autoridades no quieren ver, porque no están haciendo nada para cambiar los hechos, es que hay menores adiestrándose en el manejo de armas para el cometiendo de delitos mayores. Las escuelas de la criminalidad están funcionando a sus anchas y poco o nada se ha hecho para frenar esto. ¡Qué inoperancia!