Editorial: Excesiva tolerancia en nuestra justicia

Un caso que podríamos calificar de preocupante y no de inusitado porque no se trata de una excepción, es el ocurrido recién con el descubrimiento de un espantoso y nuevo femicidio comprobado con los restos descuartizados de una joven mujer debajo de un inodoro y su cabeza dentro de un balde. Sorprende un nuevo homicidio en el país. Y es que la persona acusada como su autor había salido recién de prisión tras haber cumplido apenas un año de cárcel por otro crimen.

No se trata del único caso con el cual se sorprende a la ciudadanía atenta a la crónica roja de los medios de comunicación, pues frecuentemente se conoce, a través de estos mismos medios que reciben informes de la Policía Nacional, de un buen número de personas que han estado tras las rejas repetidas veces respondiendo por delitos que no solo tienen que ver con el robo, la violación o la estafa, sino por haber acabado cruelmente con la vida de sus semejantes.

Es decir que también permanecieron detenidos un tiempo estimado insignificante para pagar culpas que merecían hasta treinta años de prisión, que es la pena máxima fijada por la ley.