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Opinión

Editorial: Es hoy el momento de depuración

s sencillo leer el hastío de los ecuatorianos y la desazón que manifiestan en su día a día. Están descorazonados y, entre muchas razones, por el descrédito en el que han caído las instituciones: las que deben proveerles de servicios indispensables, pero también las que deben protegerlos de las amenazas. Lo fácil que resulta de entender el ánimo nacional contrasta con la dirección opuesta hacia la que van las instituciones públicas. Es hoy el momento en que deben demostrar estar a la altura de las circunstancias. Es hoy, cuando se acabaron etapas oscuras de autoritarismo en las que nadie podía opinar sin riesgo contra un Estado de propaganda, el momento en que deben funcionar los entes que defienden al ciudadano de los ladrones, de los políticos corruptos, de los asesinos, de los narcos, de los jueces injustos y de los fiscales ciegos y arbitrarios.

¿Las instituciones públicas están a la altura?

“No creo que estén haciendo lo que se necesita. Pero aun así considero que yo mismo debo buscar todos los días la manera de salir adelante”.

“No están desempeñándose como deberían. En salud, los centros médicos envían remedios de afuera. Y en educación, no han exigido a los estudiantes”.