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Opinión

Editorial:¡No malgasten nuestro dinero!

Ni las autoridades nacionales ni locales, ni los demás servidores públicos de los distintos niveles de gobierno, tienen respeto alguno por los contribuyentes, que son los que aportan a la caja fiscal y pagan los salarios de la burocracia.

A través de la cancelación de tributos a las diversas entidades estatales, los ciudadanos alimentan la cuenta única del tesoro, pero no ven revertidos sus esfuerzos en obras, peor en servicios, porque existe, por un lado, malversación de recursos y, por otro, la ejecución de obras innecesarias para el bienestar común.

Los sistemas de salud son deficientes porque ni el personal administrativo ni el de salud cumplen con sus responsabilidades; tampoco hay carreteras en buen estado, a más de las concesionadas, porque existe una total inacción de quienes han estado al frente del Ministerio de Obras Públicas o de las prefecturas. Las ciudades tienen calles sin asfalto o llenas de cráteres porque los gobiernos locales han malgastado el dinero que debería servir para repararlas. No existe un eficiente sistema de seguridad social porque los gobiernos lo han convertido en su caja chica.

Los contribuyentes merecen respeto porque son ellos los que pagan las cuentas y los salarios de los fiscales, jueces, consejeros, concejales, alcaldes, prefectos, ministros, asambleístas y hasta del presidente de la República.