Editorial: ¿Multas, única manera de que nos disciplinemos?...

Suena cansón decirlo, pero hay que hacerlo: parece que sin el cumplimiento de las amenazas las cosas no avanzan. Al menos, eso hace que en el Ecuador se tomen decisiones radicales para obligar a los ciudadanos a cumplir o cumplir...

Ocurre con las normas de tránsito y los constantes abusos por parte de ciertos conductores de carros, motociclistas, ciclistas y peatones. Nadie se salva. Todos piden respeto, pero muchos incumplen las normas.

Y para frenar esos abusos están las multas. Altísimas multas que en algunos casos sobrepasan el salario básico unificado (394 dólares) y que aquellos sobre los que recaen, los que abusan en el tránsito, consideran también un notorio exceso de las autoridades.

Y ahora el Concejo de Guayaquil utilizará las 1.100 cámaras del sistema Ojos de Águilas para identificar y multar a las personas que arrojan basura fuera de los horarios de recolección. Y aunque no se lo crea, en ciertos sectores de la ciudad la sola advertencia está dando resultados ya. ¿Será entonces que las sanciones y multas que tocan nuestro bolsillo son la única manera de educarnos? Triste sería que así sea para nuestras comunidades.