Ochenta personas vinculadas a Petroecuador están siendo investigadas por actos de corrupción. Por supuesto son altos funcionarios, es decir, no habría casi nadie que se pueda llamar inocente, algo parecido a la búsqueda de personas limpias en Sodoma, cuando no se pudo encontrar un inocente.

La corrupción ha sido tan generalizada, que no sorprende que vayan cayendo importantes funcionarios y contratistas privilegiados, es decir, un dañado ayuntamiento que deja una huella infame en esa entidad. Pero da la impresión de que este importante tema se lo estaría queriendo pasar a un segundo plano.

Las investigaciones no pueden concluir en el señalamiento de los culpables, algunos a buen recaudo porque no tomaron las medidas pertinentes para evitar su fuga.

Debe haber una investigación profunda para sanear a esas entidades que son las principales del país, especialmente la petrolera que genera un alto porcentaje del ingreso público donde se cometen tremendos actos de corrupción.

Suele decirse que el petróleo es el excremento del demonio, pero ciertos corruptos se esfuerzan por mancharse las manos con material infernal.