Esta es una de las obras de la Iglesia Católica que, entre otros proyectos, tiene como actividad la construcción de viviendas para las personas de escasos recursos económicos, y que ya ha cumplido casi medio siglo de labores, en que se ha puesto de manifiesto el amor al prójimo, uno de los mandamientos más importantes de la Ley de Dios.

Por eso, la postura de la Iglesia Católica ha sido servir a los más necesitados, ya sea estableciendo comedores populares que brindan alimentación gratuita a muchos indigentes, sea manteniendo hogares de acogida para que los más pobres puedan contar con un lecho en un sitio seguro. Y, en general, católicos, seglares o religiosos, han dedicado buena parte de sus vidas al servicio y la satisfacción de necesidades vitales de los pobres del Ecuador.

Y es que una de las máximas del cristianismo es la solidaridad, es decir, el amor al prójimo, que se considera como hijo de Dios sin primar en esta consideración el estatus social o la riqueza. Más bien se consideran más cercanos a la divinidad y a la prédica de Jesucristo a las personas desposeídas, a quienes la injusticia y la falta de caridad cristiana han marginado.