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Opinión

Editorial: Reactivación económica

Una vez más se han modificado las medidas restrictivas en Guayaquil impuestas por el COE cantonal, pero esta vez son menos severas. A partir del 1 de junio se aumentó el aforo en restaurantes, gimnasios, teatros, centros comerciales, entre otros. Y la libre circulación que regía luego del último estado de excepción se extenderá por dos horas más, es decir que existirá movilidad vehicular hasta medianoche y ya no hasta las 22:00.

Las prohibiciones decretadas por las autoridades nacionales y cantonales que se han venido dando a lo largo del año debido a la emergencia sanitaria que vivimos a causa del COVID-19, más que mermar el número de contagios, ha afectado severamente la economía de la ciudad. Y Guayaquil precisamente, capital económica del país, vive del comercio, de sus vendedores formales e informales, de las pequeñas y medianas empresas, y de esos emprendimientos que quedaron a la deriva desde febrero del año pasado, muchos de ellos no han podido aún levantarse.

Y es que no va a depender únicamente de la flexibilización de las medidas restrictivas impuestas por los organismos de control para salir del bache. Y tampoco de la velocidad de vacunación para llegar a la tan ansiada inmunización de rebaño. Se trata de disciplina, de respeto, conciencia y persistencia. Está claro que el uso de mascarilla y alcohol desinfectante seguirá siendo, por un largo tiempo todavía, nuestro pan diario, y ojalá que todos los ecuatorianos terminen por entender la consigna para salir victoriosos de esta pandemia.