Editorial: Temer no es ser indiferente
La violencia de las mafias criminales ha alterado nuestras vidas. El miedo nos gobierna porque quienes deben garantizar la seguridad ciudadana han demostrado que no están a la altura de esta grave situación. Este pueblo noble y valiente, que ha salido a las calles cuantas veces han sido necesarias para luchar contra las injusticias, protestar por los abusos de poder o exigir mejores condiciones de vida, no está dormido, menos sumido en la indolencia. Nuestro pueblo protege a su familia, se refugia en su hogar, no lucha contra ese enemigo que se multiplica y se expande por los barrios. Nuestro pueblo tiene derecho a sentir miedo, porque está desamparado, porque no cuenta con las garantías para volver a vivir como antes.