La falta de mayor disciplina está empujando a muchos países, entre ellos Ecuador, a sufrir un mayor incremento de personas contagiadas por el coronavirus. Esta es una responsabilidad compartida entre ciudadanos y autoridades de Gobierno.

Debido a la determinante actitud de las autoridades chinas el virus casi ha desaparecido del enorme país asiático de más de mil millones de habitantes, mientras que la propagación por el resto del mundo se sigue multiplicando peligrosamente, a tal punto que los Estados Unidos y Brasil son la naciones más afectadas del planeta, y eso en buena parte debido a la descuidada actitud del anterior presidente estadounidense Donald Trump, quien minimizó el uso de la mascarilla, incluso al salir de un hospital donde permaneció por haber dado positivo para COVID-19.

Peor fue la reacción del mandatario brasileño Jair Bolsonaro, quien insistía en que se estaba haciendo demasiado alboroto por una “simple gripecita”.

Felizmente están llegando las vacunas, y aunque su aplicación masiva avanza en todo el mundo, en Ecuador parece que esto sucede a cámara lenta o a cuentagotas. Y todo por la falta de organización de las autoridades de turno que no se han movido con la misma rapidez que el virus lo ha hecho.

No queda más que insistir en el respeto a la medidas de bioseguridad, mucho más en nuestro país cuando este domingo volveremos a las urnas por la segunda vuelta presidencial.