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Opinión
Editorial: ¿Cuál ‘año viejo’ debemos quemar?
Ecuador es uno de los pocos países y sociedades del mundo que tienen esta tradición muy particular.
Ecuador es uno de los pocos países y sociedades del mundo que tienen esta tradición muy particular. Es histórico que esa expresión cultural es la de “quemar el año viejo”. Este es un modo singular de dar fin al año que termina, sometiendo al fuego a las representaciones que se hacen de este. Antes, familias y barrios manufacturaban un muñeco que lo simbolizaban en un viejo. Hoy son diferentes monigotes mediáticos. Su forma cambió, pero su historia sigue.
También se acostumbra señalar concretamente qué es lo que se quiere quemar. La sociedad señala un hecho negativo o un evento de repercusiones sociales.
Desde el año pasado, en diferentes ciudades se expresa que es la corrupción uno de los mayores males que se busca someter a fuego intenso para que desaparezca.
Este hecho se viene repitiendo en el último quinquenio. Es que la lacra de la corrupción parece que está envolviendo más y más a la sociedad ecuatoriana. Otro es la constante y peligrosa inseguridad que asedia a la ciudadanía. También el femicidio, el abuso sexual a niños, la trata de personas y algunas acciones negativas de diversos políticos. Esto significa que quemar lo peor de los gobernantes y líderes viene siendo parte importante de esta tradición ecuatoriana.