Editorial: Coimas escandalosas y la prisión para Lula

Con un apretado fallo de 6 votos a 5, la Corte Suprema del Brasil condenó a Lula da Silva a doce años de prisión, acusado de recibir coimas de una empresa corruptora. El estrecho fallo causará reacciones que llegarían hasta la violencia y puede hundir a Brasil en un abismo de reacciones encontradas y, hasta en gobiernos de fuerza, como el de Getulio Vargas, y con una larga permanencia en que las dictaduras arrasen con derechos civiles y políticos.

Sin conocerse adecuadamente el proceso penal contra Lula resulta difícil aún pronunciarse sobre la legitimidad del fallo que, salvo una reacción popular, quedará ejecutoriado. Y el expresidente podría pagar con 12 años de prisión lo que, al parecer, fue un grave desliz de su parte, al aceptar el regalo de un departamento valorado en un millón de dólares que ha tenido la figura del soborno.

La crisis política brasileña es de pronóstico reservado. Comenzó con la destitución de la presidenta que sucedió a Lula y atraviesa luego por la prisión de Lula, un expresidente con amplio respaldo popular y candidato fallido con posibilidades de volver a gobernar a Brasil. Está impedido de serlo por el fallo del más alto Tribunal de la Justicia brasileña, que no solo enviará a la cárcel a Lula, sino que abrirá, probablemente, una etapa de lamentables sucesos.