Editorial: Concluyó el Mes del Guayaquileñismo

Guayaquil trabaja sin descanso casi todo el año. Los feriados se aceptan a medias, pues la mayoría de habitantes sigue laborando, ya que en esta urbe no hay, ni mucho menos, una gran carga burocrática, y el trabajo de la inmensa mayoría se ejecuta en el sector privado, motor de la trayectoria histórica de la ciudad; pues aunque la política no es la ocupación de las mayorías, en Guayaquil se han dado las transformaciones básicas de nuestro período republicano del Ecuador.

Y es que es una ciudad irrevocablemente unida a la nación. De ahí el lema ‘Guayaquil por la Patria’; y no le han importado las marginaciones y los olvidos del centralismo, porque Guayaquil siente a la patria aún a pesar de esos golpes.

Un mes de festejos no dejó paralizada a la urbe que sabe emplear su tiempo, especialmente en el trabajo creador, dejando para el descanso y la sana diversión un límite temporal que no perjudique sus actividades.

Guayaquil ha cumplido siglos de existencia, pero no ha pasado su vida en el descanso, sino en permanente actividad, entregando buena parte de ese tiempo a servir a su gente y a mantener su ritmo progresista, acelerado algunas veces, cuando los entes seccionales, como ha ocurrido buena parte del tiempo, han estado regidos por administradores eficaces.