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Opinión
Editorial: Días de celebración y de juegos peligrosos
Las fiestas de fin de año son un momento de mayor unidad de sus integrantes, donde sus lazos se fortalecen. Son tiempos de regocijo para la colectividad.
Las fiestas de fin de año son un momento de mayor unidad de sus integrantes, donde sus lazos se fortalecen. Son tiempos de regocijo para la colectividad. Niños y adultos disfrutan de ellas. Lo normal debiera ser que las cenas familiares sean de paz. Sin embargo, una peligrosa diversión apareció en estas: el uso de juegos pirotécnicos, petardos, diablillos, camaretas, etc. Ellas contienen una historia de dolor para familias, barrios y ciudades.
Esta celebración que debiera fortalecer los lazos de afecto, amistad y disfrutar de la integración familiar hoy sabe tener momentos de sufrimiento, peligro y hasta muerte. Es bueno que todos disfruten. Lo malo es que se ha sumado más el uso peligroso de explosivos.
Es necesario que sociedad y ciudadanía mediten sobre estos hechos que gravitan negativamente en la colectividad. Pues no cabe que una importante celebración, de familias, amigos y vecinos sea afectada por la presencia de “juegos peligrosos”. Ya es hora de tomar conciencia de esto.
Es preciso que el conglomerado social participe de mejor manera. Por eso llamamos a suprimir los excesos que se dan con el alcohol y especialmente el uso y abuso de explosivos y de objetos que no contribuyen a celebrar, sino a empañar las festividades.