Opinión
Editorial: fiscalización legislativa
La investigación de la corrupción es la tarea en la cual se hallan últimamente empeñados los legisladores de los bloques parlamentarios que no responden al oficialismo anterior ni menos el actual.
La investigación de la corrupción es la tarea en la cual se hallan últimamente empeñados los legisladores de los bloques parlamentarios que no responden al oficialismo anterior ni menos el actual.
En la mira de esa investigación está, entre otros, el vicepresidente Jorge Glas, quien tiene un tío que guarda prisión domiciliaria, inculpado de haber recibido más de 13 millones de dólares en pago de gestiones para lograr contratos de obra pública.
Los legisladores de CREO, SUMA, socialcristianos, etc., manifiestan que tienen pruebas contundentes contra el vicepresidente, las cuales se deben estar recopilando una a una, aunque Glas sostiene reiteradamente que es absolutamente inocente.
Y no solo esto, sino que ha pedido que se haga una investigación integral de sus gestiones como segundo mandatario de la nación.
Algunos recuerdan que los actos de corrupción si no son sorprendidos in fraganti se vuelven difíciles de probar, pues los corruptos y los corruptores suelen adoptar medidas que eviten probar la comisión de actos indebidos.
En todo caso, resulta plausible que en la Asamblea Nacional se quieran retomar sus obligatorias tareas fiscalizadoras, abandonadas casi totalmente durante los 10 años del régimen anterior.