Sin tener una visión pesimista de la economía nacional, es indudable que el incremento de los precios de dos tipos de gasolina no resuelve el problema fiscal. La situación del país, luego de una década de grandes errores y de un estatismo irresponsable (y hasta demagógico), no terminará aún.

Investigaciones y estudios realizados afirman que este escenario continuará.

Sostienen que hay tres factores que seguirán gravitando. El primero, el alto endeudamiento externo, a corto y mediano plazo, con tasas de interés elevadas, que demandarán recursos para su atención. El segundo corresponde al hecho de que se sigue posponiendo la reducción del tamaño del Estado. El tercero se refiere al carácter inestable de los precios del barril de petróleo y la persistencia de la recesión económica. Estos tres factores, sin duda, no favorecerán una solución inmediata.

Quienes piensan y creen que ese incremento de precio está solucionando el problema, se equivocan, pues el tipo de ajuste fiscal que requiere el país por la grave crisis no se resuelve con esa medida del alza de los precios de los dos tipos de gasolina.

Además, en el Ecuador parece existir una costumbre a vivir de los subsidios y no de las realidades que la economía y el mercado señalan.