Editorial: Los narcotraficantes no merecen apoyo

En un populoso barrio del sur de Guayaquil, donde prolifera el microtráfico, se ha producido un hecho delictivo que no puede pasar desapercibido y debe cumplirse lo que ha dicho el ministro respectivo, es decir que se perseguirá y sancionará a los autores del grave delito.

En efecto, una multitud compuesta por varias personas agredió a la fuerza pública cuando trataba de cumplir con su deber deteniendo a los narcotraficantes que se hallan envenenando, especialmente a jóvenes y hasta niños, con la adicción a las drogas que se consumen en sitios públicos y a cualquier hora del día descaradamente.

La turba atacó a la Policía lanzándole piedra, heces y orina con lo cual pretendió evitar las capturas; y los miembros del operativo policial debieron pedir refuerzos para cumplir con su cometido.

Moradores del sector manifiestan que la mayoría de los vecinos son personas honestas, pero que hay una minoría violenta que pretende instaurar el consumo de estupefacientes sin que nadie les impida, mientras los moradores que no participan del narcotráfico temen denunciar estos hechos delictivos porque los narcotraficantes los amenazan, inclusive con la muerte.