Editorial: Más anormalidades en las penitenciarías

Una información que ha extrañado a la comunidad, causando consecuente preocupación, se refiere a las condiciones en que los privados de libertad son mantenidos en las prisiones del país, sobre todo en las que cuentan con un mayor número de detenidos como las de Guayaquil o Quito.

Al parecer, la alimentación diaria, la seguridad y los alimentos que reciben para su habitación dentro de las celdas deja mucho que desear. A tal punto que un buen número de reos tiene que buscar de alguna manera, sobre todo a través de los familiares que los visitan, su sustento diario que a veces tienen que compartir con quienes no reciben ningún tipo de atención desde afuera.

Precisamente esta entrega desde el exterior de alimentos y medicamentos, sobre todo, posibilita la introducción de material prohibido en el medio carcelario permitiendo que pueda consumirse la droga, lo que ocasiona algunas veces reyertas entre grupos rivales que ocasionan -como ocurrió hace pocos días- la muerte de convictos y un buen número de heridos.

Por supuesto, se debe exigir de los guías penitenciarios toda la responsabilidad del caso y evitar que estos se conviertan en cómplices de los incumplimientos a las prohibiciones penitenciarias.