Opinión
Editorial: Nuevas tragedias por consumo de drogas
La muerte de 18 personas, en su mayoría adolescentes, que buscaban la rehabilitación por el consumo de drogas en un centro clandestino destinado para tal fin, pero al margen de las condiciones científicas que tal fin exige, es una grave tragedia que n
La muerte de 18 personas, en su mayoría adolescentes, que buscaban la rehabilitación por el consumo de drogas en un centro clandestino destinado para tal fin, pero al margen de las condiciones científicas que tal fin exige, es una grave tragedia que no solo enluta a varias familias guayaquileñas que tuvieron allegados entre los fallecidos, sino que deja en evidencia una forma inmoral de tratar de obtener ganancias a través de un supuesto tratamiento para quienes quieren salir del infierno de la drogadicción.
No es la primera vez que se descubre este tipo de establecimientos pseudocientíficos que alojan a decenas de personas en espacios pequeños que conducen al hacinamiento y a los peores peligros, como el ocurrido el viernes último. Ya varios de estos lugares han sido clausurados por las autoridades de Policía luego de que hubo algún incidente que ponía al descubierto su funcionamiento en precarias condiciones, pues de ninguna manera servían para devolver a los viciosos, ya curados, a la comunidad.
También es del caso llamar la atención de muchas personas que se dejan convencer por clandestinos “empresarios de la rehabilitación” y envían a sus parientes a estos lugares, que se estima que son más de un centenar.