Cerrada la fase de las eliminatorias, vuelve el torneo nacional de fútbol a interesar a los aficionados que miran su desarrollo en la etapa final.

Con su victoria en Quito sobre El Nacional, Barcelona parece tener en sus manos su decimoquinta corona de fútbol ecuatoriano. Sin duda, ha cumplido una tarea sobresaliente el club con el mayor número de seguidores, con grandes victorias en su ciudad natal y con tropiezos como visitante, especialmente en las alturas y, de modo especial, en el estadio de Liga de Quito, la popular Casa Blanca.

Sus jugadores y directivos aspiraban a que el campeonato de este año llegue a sus manos, sin necesidad de encuentros por la definición. Y parece que el cuadro torero logrará sus sueños, porque cada vez se aleja más de sus inmediatos rivales y va llegando a la culminación de tantos anhelos.

Barcelona logró armar un equipo bien estructurado, con jugadores de calidad, tanto extranjeros como ecuatorianos. Y esta combinación ha sido fundamental en el desarrollo futbolístico del club este año.

Se dice que no hay mal que dure cien años. Y la esquiva corona del campeonato luciría en la frente de Barcelona, al cabo de larga espera.