Expuestos al máximo

Las amenazas de grupos de delincuencia organizada (GDO) de ejecutar un ‘paro armado’ se cumplieron. Los ataques terroristas de los que fueron víctimas Guayaquil, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas demostraron una osadía criminal jamás vista en nuestro país.

Carros quemados en gasolineras, asesinato de policías, explosiones en sitios estratégicos y más pusieron en vilo a los ecuatorianos.

Sin embargo, esto no fue nuevo. En el paro de junio de este año, sabotajes similares se registraron y solo es cuestión de hacer memoria: agua contaminada con aceite en Tungurahua y la toma en esa misma provincia de las antenas de transmisión radial, atentados a las Unidades de Policía del Puyo, tomas de las estaciones petroleras... fueron la antesala de lo que vivimos hace pocos días.

Y ambos casos evidenciaron que estamos expuestos al máximo. En cualquier momento, los delincuentes pueden atentar contra los bienes públicos y privados sin que haya un plan preventivo que lo evite.

Las medidas tomadas desde el Gobierno siguen dando cuenta de que son medidas paliativas y que solo se usan como respuesta a ese momento crítico. Es hora de que se aprenda de lo vivido para que las decisiones de las autoridades se cumplan de una vez por todas.