Durante los 10 años de poder en el régimen correísta se impuso en el Ecuador la costumbre de trasladar o de sumar días festivos para, de esta manera, hacer coincidir los asuetos que se ofrecen a la clase trabajadora del país, se impusieron así los llamados “puentes vacacionales” los fines de semana, que permiten gozar de días libres durante 3 o 4 días seguidos.

Se adujo, para implantar esta costumbre, que con tales “puentes” se les daba mejores oportunidades en sus negocios para la “industria sin chimenea”, que es el turismo, que estos días ofrecen a los visitantes un descanso paradisíaco a las orillas del mar o en la atractiva sierra ecuatoriana.

Esta vez tendremos 4 días seguidos, de viernes 1 a lunes 4, inclusive, de “dolce far niente” aprovechando que coinciden los días en que se rinde culto a los difuntos, y se celebra la independencia de Cuenca, ciudad a la que calificamos, con toda justicia y merecimiento como “Atenas del Ecuador”.

Esta gran movilización turística, que sobre todo se dará más en los lugares de atracción, exigirá de las autoridades policiales y de tránsito un mayor control y vigilancia en las ciudades y en las carreteras.