Tiempo de emprendimientos

La palabra “emprendimiento” viene del francés Entrepeneur (‘Pionero’). Ella resume aquella actitud decidida de hacer un esfuerzo adicional, al normal, para alcanzar los objetivos de bienestar o lograr la causa luchada.

“Como fenómeno, el emprendimiento tiene sus orígenes en el inicio de la historia de la humanidad, su acción y sus obras están presentes a través de toda la historia del hombre y de su lucha por superarse, por encontrar mejores formas de hacer las cosas y de mejorar su calidad de vida”, reza uno de los tantos análisis al respecto.

Y es, al calor de los tiempos económicos que vivimos, que resurge la importancia de tener en cuenta esa palabra y lo que encarna. Ahora no soplan los mejores vientos, por eso sería muy positivo de que la gente llevara ‘un emprendedor en su corazón’.

Es hora de que las personas reflexionen nuevamente sobre cómo forjar un mejor destino no por cuenta de un Estado ‘papá’, sino por cuenta de una sociedad que genera oportunidades por iniciativa de sus propios asociados.

‘Que se vende poco’, ‘que no alcanza el sueldo’, ‘que un día sí y el otro, también, se pasan necesidades’. Todo puede ser cierto. Lo que no, el conformismo y la queja. Con una precisión: es una tarea en singular del joven, del adulto, del mayor, del blanco, del afro, de todos.

FRASE: “Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país”. (John F. Kennedy).