Editorial: Globos peligrosos en las ciudades

Una nueva forma de celebración en nuestro medio, sobre todo con la llegada del nuevo año, es el uso (y también abuso) de los llamados “globos del deseo”. Estos son parte de una manifestación pirotécnica que ha sido prohibida en otros países, sobre todo en las zonas citadinas, porque de hacerlos elevar en sectores urbanos y no en zonas despejadas, como el campo o las playas, puede causar graves incidentes, sustos en la población y hasta peligrosos conatos de incendio, como ocurrió en Guayaquil, donde se dieron decenas de problemas por la caída de estos artefactos livianos sobre los techos de las viviendas o sobre los mismos transeúntes o celebrantes que quemaban al pelele que simbolizaba al “año viejo”, sufriendo graves quemaduras.

Varias denuncias sobre estos sucesos causados por tales globos de papel se dieron en Guayaquil. Sus caídas sobre lugares inflamables obligaron a la movilización de muchos vecinos que veían cómo sus casas se ponían en peligro de ser consumidas por el fuego.

Ojalá que esta costumbre no se generalice en el futuro y que, al igual que en el extranjero, las autoridades locales prohíban su comercialización y uso en las ciudades e impongan severas sanciones a quienes no acaten lo dispuesto.