¡Gracias, Richard!

El triunfo alcanzado por Richard Carapaz al coronarse campeón indiscutible de la prueba ciclística Giro de Italia, es producto exclusivo de su tenacidad, de su espíritu de superación, del reconocido sacrificio de su familia.

Todo esto pone de manifiesto que cuando un ser humano se traza una meta en su vida, llega después de luchar con paciencia y con toda perseverancia.

Por eso este atleta carchense, en un gesto que lo honra y enaltece, agradeció por su triunfo a la vida y a su familia. Una vez más queda evidenciado que el deporte, cualquiera sea su disciplina es una de las pocas actividades humanas en las que se pone de manifiesto la solidaridad, la confraternidad.

En el deporte no hay vencidos ni vencedores. Todos son hermanos en la lucha por llegar al tan anhelado triunfo.

El deportista debe ser humilde en el triunfo y magnánimo en la derrota. Esto lo debe entender muy bien el Estado para que implemente una política hacia el deporte orientada a hacer que la niñez y la juventud, por la que tantos discursos “lindos“ se pronuncian, se capaciten física, espiritual y anímicamente y puedan ser, así, el orgullo de la Patria.

Carapaz, al igual que tantos otros cientos de atletas que le han dado brillantez al Ecuador, debe ser el espejo en el que deben mirarse, entre otros, los políticos para que aprendan a ser dignos en la derrota y humildes en el sonado triunfo...

¡Richard, gracias por tu triunfo que lo es del pueblo ecuatoriano!