Unos luchan un día, ¡otros toda la vida!

La actualidad anda venezolanizada. No hay que negarlo. Y por eso, por esta columna llueve sobre el citado tema, unos días sí ¿y los otros?, ¡también!

¿Y ahora? La indiferencia tiene cara de impunidad. Y no es para menos.

Lo más reciente e indignante es el escándalo suscitado a partir de la denuncia que hiciera ante la Organización de Estados Americanos (OEA) el teniente venezolano Ronald Alirio Dugarte Silva, quien presentó imágenes sobre las inhumanas torturas que lleva a cabo la dictadura contra los detenidos en las cárceles.

“Prisioneros durmiendo en el piso, haciendo sus necesidades en una botella de agua; prisioneros a los que no se les brinda el servicio médico; prisioneros torturados...”, cita una fuente al hablar de los excesos en las mazmorras de aquel país.

Particularmente, me impactaron las condiciones del que llaman “coronel Mejías Laya” al que tenían tirado en el piso con las manos atrás y la cara tapada. Refiere el denunciante que permaneció un mes en tales condiciones. ¿Qué miserables de corazón hacen eso? ¿Qué ‘prohombres de la democracia’ se permiten tales extremos ante la indiferencia de la mayoría? Los ‘envalentonados’ por el poder. ¿Hasta cuándo? Ni idea, pero a seguir luchando hasta que tengan el sol a las espaldas.

FRASE: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. Bertolt Brecht