Exclusivo
Opinión
Más que pedir, hay que dar
Muchos ecuatorianos se han acostumbrado al facilismo, a que todo sea gratis: bonos, útiles escolares, uniformes, desayunos, matrículas y un largo etcétera.
Siempre reclaman más a los gobiernos de turno, pero no se preguntan ellos qué se puede hacer por el mayor progreso del país; olvidan que además de tanto pedir, también hay que dar voluntad.
Ahora es bastante común ver en el país a ciudadanos extranjeros que laboran por el sueldo básico, que a los nuestros les parece muy poco y no lo aceptan; ni siquiera hasta conseguir un trabajo mejor remunerado, y prefieren pedir dinero en gasolineras, restaurantes, cafeterías, etc., o haciendo malabarismo en las esquinas más concurridas.
La prostitución avanza. En Guayaquil es bastante común observar a mujeres de la vida airada cerca de los parques Chile, Centenario, Victoria, en los alrededores del colegio Rita Lecumberri durante las noches.
He escuchado quejarse a personas que son dueños de pequeños negocios, a taxistas que no tienen el respaldo del Seguro Social; pero ellos mismos son sus patronos. Por lo tanto, ellos deben hacer un esfuerzo y asegurarse voluntariamente.
Cuántos deportistas, actores, cantantes terminaron en la miseria porque derrocharon y ni siquiera pagaron el Seguro. Quien supera a las cifras se supera a sí mismo.
Es cierto que hay desempleo y el nuevo gobierno debe cumplir la oferta de los dos millones de empleos en 4 años. ¡Ojalá!
César Burgos Flor
Muchos ecuatorianos se han acostumbrado al facilismo, a que todo sea gratis: bonos, útiles escolares, uniformes, desayunos, matrículas y un largo etcétera.
Siempre reclaman más a los gobiernos de turno, pero no se preguntan ellos qué se puede hacer por el mayor progreso del país; olvidan que además de tanto pedir, también hay que dar voluntad.
Ahora es bastante común ver en el país a ciudadanos extranjeros que laboran por el sueldo básico, que a los nuestros les parece muy poco y no lo aceptan; ni siquiera hasta conseguir un trabajo mejor remunerado, y prefieren pedir dinero en gasolineras, restaurantes, cafeterías, etc., o haciendo malabarismo en las esquinas más concurridas.
La prostitución avanza. En Guayaquil es bastante común observar a mujeres de la vida airada cerca de los parques Chile, Centenario, Victoria, en los alrededores del colegio Rita Lecumberri durante las noches.
He escuchado quejarse a personas que son dueños de pequeños negocios, a taxistas que no tienen el respaldo del Seguro Social; pero ellos mismos son sus patronos. Por lo tanto, ellos deben hacer un esfuerzo y asegurarse voluntariamente.
Cuántos deportistas, actores, cantantes terminaron en la miseria porque derrocharon y ni siquiera pagaron el Seguro. Quien supera a las cifras se supera a sí mismo.
Es cierto que hay desempleo y el nuevo gobierno debe cumplir la oferta de los dos millones de empleos en 4 años. ¡Ojalá!
César Burgos Flor