Opinión
Mercado de Santo Domingo
Recién, Santo Domingo cumplió 50 años de cantonización... El viernes pasado estuve en la provincia tsáchila escuchando a sus ciudadanos.
Recién, Santo Domingo cumplió 50 años de cantonización... El viernes pasado estuve en la provincia tsáchila escuchando a sus ciudadanos. La mayoría coincidió en lograr la universidad pública de la provincia. Y otros reclamaron sobre el mercado municipal.
¿Cuál es el inconveniente? Según me expresaron -más de uno al borde de la desesperación-, en el nuevo mercado de la Alcaldía de Santo Domingo se cobra cifras astronómicas a los comerciantes, en su mayoría gente trabajadora y humilde, que se sienten abusados con exigencias excesivas mientras las dificultades económicas siguen duras en el país. Además, el diseño del mercado dificulta la venta al público, como lo constaté al recorrerlo personalmente. Si la gente no vende lo suficiente y el Municipio cobra “un ojo de la cara”, eso es, entonces, una bomba de tiempo.
Un mercado municipal no es un negocio, sino donde pequeños emprendedores ejerzan en orden su actividad para llevar un pan a su casa. Por tanto, el Cabildo debe cobrar una suma que permita mantener el lugar, pero sin lucrar a costa del pequeño comerciante. Y si una modesta suma no logra ese objetivo, entonces hay un serio problema con el concepto mismo del mercado y su labor.
En consecuencia, es necesario que el alcalde Quirola atienda el clamor de Santo Domingo y que permita a los comerciantes trabajar con honestidad y esfuerzo por el bienestar de sus familias, en un mercado con condiciones justas y eficaces.
Ab. Héctor Yépez Martínez