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Opinión

Ojalá la justicia cambie...

La sentencia dictada por la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia en contra de Jorge Glas, vicepresidente de la República, sin función alguna que cumplir, y “de vacaciones” en la cárcel 4 de Quito, así como en contra de otras personas más por el delito de asociación ilícita, sirve para que los ecuatorianos creamos, y ojalá no nos equivoquemos, que la justicia empieza a recobrar su real dimensión que la había perdido durante los últimos 10 largos años como resultado de la metida de manos, uñas y pezuñas que dentro de ella hizo quien se creyó ser el todopoderoso que estaría sobre la faz de nuestra patria durante 300 años, sin saber que “polvo somos y en polvo nos convertiremos”...

Los procesos que se tramitan en estos momentos, y que durarán algún tiempo, deben servir para que se vayan a la cárcel “todos y todas” para que los futuros “salvadores” que aparecerán para decirnos que van a servir al pueblo, (cuando en realidad lo que hacen es servirse de él para sus fines proditorios y corruptos) tengan muy claro que con los dineros y con la dignidad de un pueblo no se juega. Y que si se atreven a hacerlo, la cárcel será la respuesta.

Para que esta situación sea realidad debe haber una administración de justicia honesta, ética, jurídicamente bien estructurada, imparcial, independiente, con un compromiso irrenunciable con el derecho, con la razón, con la verdad.

Eso esperamos los ecuatorianos. ¡Los jueces tienen la palabra!... (BLC)