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Opinión

Se acabó la fiesta en la bahía

Ruido y desorden producto del tráfico pesado, tanto con vehículos pequeños como buses urbanos, se generan a diario en la zona comercial de Guayaquil. A esto hay que sumarle la gran afluencia de transeúntes y de los comerciantes que se adueñan de gran parte de las vías públicas. Incluso, en muchos casos las calles también son ocupadas por pequeños informales que contribuyen con este problema de tránsito y desarrollo urbano.

Este caos genera una especie de cortina de humo para que se desarrollen actos delictivos, venta de droga y abuso de autoridad. Y es que en algunas zonas de la bahía, malos elementos de control metropolitano han estado coimando tanto a negocios formales como informales, para dejarlos funcionar a pesar de incumplir las normas de regulación municipal. Por tal motivo, días atrás se realizó un megaoperativo entre la Policía Nacional y el Municipio para clausurar más de mil locales que eran usados como bodegas clandestinas. Se confiscó mercadería a vendedores informales que armaban su ‘mall del piso’ todos los días.

Y la ‘cereza del pastel’ se dio con la separación de 42 agentes de control metropolitano acusados por mal uso de autoridad tras meses de investigación.

Se espera que estos operativos sean permanentes para poder mantener a todo este sector de la bahía en un ambiente de orden y tranquilidad.