Hace poco, los ataques de perros ferales a los rebaños de las comunidades de Cotopaxi generaron diversas reacciones de los grupos animalistas. Algunos se fueron contra los medios de comunicación y otros criticaron a los comuneros, quienes –impotentes de que sus fuentes de ingresos terminen en los colmillos de canes salvajes– mataron a las ‘bestias’. Entonces, saltaron con boletines, apuntaron al Estado por la falta de atención, dijeron que los medios incitan a la “cacería de brujas”. Pero ¿qué hacen ellos además de criticar y juzgar?Es la pregunta que se hicieron los habitantes de los páramos. Si ellos no lo saben, que son los afectados, menos los demás. Más acciones, menores reacciones.

¿Qué opina del trabajo de los animalistas?

“Son negocios lucrativos que se sirven de las donaciones. Los colectivos deberían ayudar a concienciar para que no se abandonen más perros”, Fabián Vega, productor agrícola.

“Las esterilizaciones sí deberían estar a cargo del Estado. En cuanto a los animalistas, creo que es algo que no hace efecto, es un boom nomás”, Eddy Méndez, comerciante.