Más amor, menos violencia
Una caja de bombones, un peluche, una cena, un viaje, un celular. El Día de San Valentín es una de las fechas consumistas más señaladas del año. Y en nombre del amor y la amistad todos buscan desesperadamente ganar dinero para salir de la ‘chirez’.
Ese cordón umbilical que une a los sentimientos con el comercio se ha fortalecido mucho más en la última semana, tras los complicados días de enero cuando los ecuatorianos volvimos a autoconfinarnos por la alborotada presencia de la variante ómicron, porque nos acostumbramos a la mercantilización de las relaciones humanas, a que una sonrisa, un abrazo o un beso dependa de un regalo, cuando el amor y la amistad son sentimientos altruistas que se entregan sin esperar nada a cambio.
Y no es que sea mal visto que en San Valentín las personas quieran intercambiar obsequios y así colorear los momentos que hacen posible la convivencia entre los seres humanos, para nada. Pero en un contexto dramático, de desigualdad y lleno de violencia como en el que actualmente vive Ecuador, tienen mucho más valor las acciones, la solidaridad, la tolerancia y el respeto por los que más sufren.
El amor y la amistad no solo deben expresarse una vez al año, sino permanentemente, porque son los sentimientos que más embargan el espíritu de la gente. Es necesario sembrar amor con actos incondicionales. Cosecharás lo que siembras, si das amor recibes amor.