SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Opinión

¡A lo Barcelona!

Muchas son las preocupaciones que tenemos los ecuatorianos tanto por la situación económica y la pandemia. Y que algo tan sencillo como un partido de fútbol sirva de bálsamo para que el pueblo olvide sus problemas por un momento, es oro en medio de la nada. Barcelona de Guayaquil hizo sufrir a muchos, pero logró, nuevamente, poner en alto el nombre de nuestro país.

La clasificación del Ídolo a la semifinal de la Copa Libertadores tiene un sabor especial por algunos aspectos: ser el único club no brasileño en la fase decisiva del torneo más importante de Sudamérica, dejar en el camino a grandes como Boca Jrs., Santos, Vélez y Fluminense; hacerlo con un presupuesto inferior a las millonarias inversiones de Flamengo, Atlético Mineiro y otros, y sumar su novena participación en esta fase del certamen. No es cosa menor.

Hoy, gran parte del pueblo futbolero de nuestro país intenta celebrar con mesura, producto de la COVID-19, este gigante paso de los amarillos. Y las esperanzas de llegar a una nueva final se mantienen intactas a pesar de ser el equipo con menos presupuesto en comparación a los brasileños.

Quedó demostrado que estos partidos no se juegan con la billetera, sino con el corazón, y el corazón amarillo es rico en grandeza. Estar entre los cuatro mejores equipos de América no es una casualidad, sino producto de mucho trabajo y sacrificio.