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Opinión

Los censadores y la delincuencia

La ejecución del Censo de Población y Vivienda, que es aprovechado por los delincuentes para utilizar sus múltiples formas de atraco tanto a las viviendas como a los censadores, expone las fallas de planificación del INEC y la inasistencia de los cuerpos de seguridad del Estado.

La vulnerabilidad a la que están expuestos quienes recogen la información es tal vez mayor a la que sienten los habitantes de las casas asaltadas por falsos censadores, que han comenzado a multiplicarse a medida que avanza la recolección de información.

La desconfianza se ha apoderado de las familias, que por el temor de ser víctimas de los delincuentes no quieren ni abrir la puerta a quienes aseguran estar ejecutando el Censo de Población y Vivienda. Los censistas, en cambio, sienten que la población tampoco los está ayudando a cuidarse y, por tanto, se sienten más expuestos a la inseguridad que reina en el país.

Son múltiples los casos de trabajadores del INEC que han sido asaltados, más que nada en zonas consideradas de alta peligrosidad, a las que han entrado con poco resguardo policial.

El número de víctimas y de hechos delictivos debe hacer reflexionar a las autoridades sobre las estrategias aplicadas, porque los hechos muestran sus falencias.