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Opinión

Desperdicio de agua

A pesar de que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal prohibió la instalación de piscinas desmontables, esas albercas se utilizaron por montones durante el feriado del ‘puente vacacional’ que se cumplió con motivo de la celebración de la temporada de carnaval. Y ha sido más que lamentable el constatar que 296 millones de litros de agua (potable en su gran mayoría, por supuesto) fueron desperdiciados por miles de personas que se bañaron en tales piscinas, o que las usaron también para volver al juego carnavalesco de antaño, que consistía en mojarse entre los fiesteros de las fechas consagradas al mítico Rey Momo.

La osadía y el abuso de muchos de estos jugadores carnavalescos los llevaron a aprovecharse gratuitamente del líquido vital a través de los baipás en la red de aprovisionamiento con el retiro de medidores y los hidrantes contra incendios. Lo que quiere decir que este intenso consumo de agua potable no será contabilizado en las facturas que se emite mes a mes a los consumidores, es decir, a la población porteña que hace uso de tan imprescindible servicio.

Por estas irregularidades al llenar estas piscinas han resultado afectados sobre todo los sectores altos del Puerto Principal, que a lo mejor pudieran sufrir de escasez de agua, así desperdiciada, en un próximo o inmediato futuro.