El pueblo se pronunció en las urnas y ‘gritó’ que no solo le preocupa la inseguridad. Más allá del ramillete de ofrecimientos de los ocho candidatos presidenciales para acabar con la violencia criminal, los ecuatorianos dejaron claro que el desempleo, la salud, la educación, son temas igual o más importantes y que no todo se arregla a punta de bala, garrote y con copias de Bukele. 

La justicia social, la inversión en sectores sociales prioritarios, el fortalecimiento de las instituciones públicas y respeto a los derechos humanos, son bases para prevenir la inseguridad, pero también para sembrar en tierra fértil las semillas del desarrollo productivo, la generación de fuentes de trabajo, la depuración de sistema público de salud y elevar el nivel de la educación. Los ecuatorianos no quieren más inequidad.