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Opinión

Editorial: Deuda eterna con los quiteños

Si hay un tema de conversación en común entre los quiteños es la inseguridad. Golpeada por la violencia, la capital celebra hoy los 486 años de fundación, en una semana en la que las autoridades debieron instalar un comité de seguridad para luchar contra el delito –o al menos eso pretenden–.

En cinco meses, desde junio hasta octubre, la ciudad sufrió una escalada de robos, con un total de 1.772 casos. Y, además, se registraron 53 homicidios. Esto ha causado en la gente la percepción de un aumento de inseguridad. Entonces, la Policía y el alcalde Jorge Yunda anunciaron –como una píldora tranquilizadora– que se sumarán 300 uniformados y unos 5.000 agentes metropolitanos al control. Más cámaras. UPC rehabilitadas. De todo. Pero nada. Existe la sensación de abandono. Y no es nueva, sino una herencia de administraciones anteriores. Y con Yunda parece no haber dado un giro. Sí, en la pandemia su imagen surgió tras mantenerse firme con las medidas de bioseguridad, pero la misma decayó con los casos de corrupción que empañaron al Municipio.

Esta vez ‘reaparece’ con una agenda festiva cuestionada por los 543.000 dólares, que incluye un 93 % de eventos virtuales, y, además, con un contingente que –con dudas– ayudará a mitigar la criminalidad. Hay deudas. Y a los ciudadanos les deben una capital que se diga realmente libre. ¡Viva Quito!