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Opinión

Editorial: No más manoseo al IESS

En pocos meses de marcharse, el Gobierno busca garantizar la que podría ser ‘su única buena herencia’ para el próximo régimen: dejarle mejores condiciones fiscales. ¿Pero a costa de qué? Lo haría recurriendo a una propuesta desacertada, que además de interpretarse como un ‘lavado de imagen’, es cuestionada por la forma en que nuevamente se busca ‘meter mano’ al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

A lo largo de la historia, el IESS ha sido visto como la ‘caja chica’ de las autoridades de turno, pero ahora se utilizarían además otros mecanismos que fácilmente pueden vulnerar su estabilidad. Pedir que se elimine el pago de intereses de la millonaria deuda que el Estado, por ley, debe a esta institución, no es otra cosa que seguir debilitando su operación que ya, por su crítico estado, retribuye con un mal servicio de salud a miles de afiliados y jubilados.

Si bien se ha dicho que contar con el aporte estatal en el pago de pensiones es un modelo poco sostenible, porque exprime las cuentas fiscales, impulsar un cambio de esta forma no es lo más viable. Más bien marcaría un mal precedente: sembrar el mensaje de que por cualquier vía se puede dejar de cumplir con esta institución, a la que además de recursos, se le debe el rediseño de una política integral que asegure su sostenibilidad en el tiempo, alejada de la corrupción.