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Opinión

Editorial: Metro, un ‘vagón’ de problemas

La deuda que el Municipio de Quito acumula con los operadores del Metro puede convertirse en una bomba de tiempo, si no lo es ya. Con el anuncio hecho el miércoles por el alcalde de que seguirá sin pagar los 2,5 millones de dólares mensuales al consorcio franco-colombiano, la suma de la deuda ya alcanza los 20 millones. El contrato firmado por el Municipio en noviembre de 2022 y que fue aprobado por la Contraloría establece que ese organismo debe pagar al operador 2,5 millones mensuales durante 72 meses.

La Alcaldía ha dicho que quiere renegociar el contrato y que hasta que eso no suceda no va a pagar las mensualidades pactadas en el contrato. Sin embargo, no se conoce nada sobre la anunciada renegociación del convenio y se sabe que los operados tienen que invertir para pagar los sueldos de sus técnicos y el servicio de seguridad para las instalaciones.

La falta de una definición sobre este tema hace que se siga aumentando la deuda y que eventualmente exista una demanda de los operadores ante los organismos arbitrales que se establecen en el contrato. Además, esta indefinición sobre la eventual renegociación y el aumento de la deuda pone en peligro la puesta en marcha del servicio, anunciado por el Municipio para el 1 de diciembre. Nuevamente se posa sobre el Metro de Quito la incertidumbre.