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Opinión

Editorial: Nueva esperanza en el Seguro Social

Con nuevas autoridades comandando al IESS, las esperanzas por tener una seguridad social digna renace entre los afiliados y jubilados. Pero eso no llegará sin un real cambio. Si los gobiernos de turno continúan viendo a la entidad como la ‘caja chica’ a la que recurren en épocas de crisis fiscal y si quienes están llamados a enrumbar a la entidad actúan servilmente para que desde el Estado se siga asaltando sus fondos.

El nivel de iliquidez que enfrenta el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) debe obligar a la institución a resolver su propia crisis, no la de otros. Las decisiones que se anuncian, la de aceptar activos del Estado como vía para saldar una deuda histórica, deben contar con un respaldo técnico. De inversiones fallidas, sus afiliados ya están cansados. También del tener que vivir con la sensación de que los pagos mensuales que se hacen son y serán infructuosos en el mediano y largo plazo.

Al nuevo presidente y director del IESS le queda una tarea desafiante por delante. No solo es equilibrar los fondos que se debilitan con una demanda de atención médica que crece frente a los cada vez más alicaídos aportes, sino sanear la estructura de la institución y liberarla de la corrupción de la que ha sido víctima por años, con contratos amañados con empresas intermediarias que generan los sobreprecios.